Tratamientos fitosanitarios – protección medioambiental y laboral
Publicado en: agosto 1, 2023 Modificado el: 30 abril 2024

El control químico de enfermedades, plagas y malas hierbas en los cultivos agrícolas es uno de los pasos más importantes para reducir los daños y garantizar la producción. Consiste en la aplicación de sustancias (fitofármacos) tóxicas para los organismos/microorganismos no deseados. En determinadas condiciones, pueden llegar a ser tóxicos y causar efectos adversos en los cultivos, el medio ambiente o incluso los seres humanos. Por lo tanto, hay una serie de medidas que deben aplicarse para llevar a cabo tratamientos fitosanitarios correctos, eficaces y seguros.
Condiciones ambientales
No se recomienda realizar los tratamientos en condiciones ambientales desfavorables: precipitaciones, viento fuerte, niebla, temperaturas bajas, con riesgo de heladas (especialmente en el caso de tratamientos invernales), temperaturas elevadas (superiores a 25 °C), etc.
La aplicación de tratamientos a altas temperaturas favorece la evaporación y la deriva de la solución hacia otros cultivos.
El agua utilizada para la solución de pulverización debe estar limpia, ablandada, con un pH entre 4 y 6, y a una temperatura de 10-20 °C. No utilice agua fría.
No aplicar productos a base de azufre a temperaturas superiores a 25-30 °C, ya que pueden provocar quemaduras en las plantas.
En general, el intervalo de temperatura óptimo para la aplicación de fungicidas es de 12-20 °C.
La solución y el equipo de pulverización
Es aconsejable seguir siempre la dosis recomendada por el fabricante.
Tras preparar la mezcla de tratamiento, la solución es utilizable durante un máximo de 24 horas.
No se recomienda combinar más de 3 productos en un tratamiento.
Respete siempre el intervalo de interrupción escrito en el envase de cada producto.
Ajustar y mantener correctamente el equipo de pulverización para obtener una pulverización fina y uniforme.
Inmediatamente después de los tratamientos, hay que limpiar muy bien el equipo, dejándolo listo para el siguiente tratamiento.
Protección del medio ambiente
No se pueden aplicar tratamientos fitosanitarios en tierras agrícolas adyacentes a fuentes de agua o acequias.
No se pueden aplicar tratamientos con productos peligrosos para los insectos polinizadores (abejas, abejorros) durante el período de floración y/o durante la temporada activa de los insectos.
Antes de aplicar tratamientos fitosanitarios con insecticidas, advierta a los apicultores de las zonas circundantes.
La solución sobrante tras el tratamiento no debe derramarse en el suelo ni en las fuentes de agua. El excedente debe diluirse por un factor de 10 y aplicarse a plantas no destinadas al consumo humano o animal. Esta norma también se aplica al agua utilizada para lavar el equipo.
Para reducir la deriva de los productos fitosanitarios a los cultivos vecinos en el momento de la aplicación del tratamiento, se puede tener en cuenta lo siguiente: elegir equipos que reduzcan el efecto de deriva (boquillas especiales), calibrar correctamente los equipos, evitar aplicar los tratamientos en condiciones de viento, utilizar zonas tampón, utilizar barreras naturales (cortinas protectoras/cortinas forestales), etc. Las cortinas protectoras están especialmente pensadas para proteger los cultivos agrícolas de factores ambientales desfavorables (fuertes vientos, tormentas de nieve, erosión, etc.).
Los envases usados deben limpiarse y almacenarse en centros de recogida especializados.
Protección laboral en el caso de aplicación de tratamientos fitosanitarios
Se recomienda llevar equipo de protección durante todo el tratamiento.
Limite el acceso de personas o animales a la zona donde se aplican los tratamientos.
No coma, beba ni fume mientras se aplica el tratamiento.
No intente destapar con la boca las boquillas/mangueras del equipo de pulverización.
Después de realizar los tratamientos fitosanitarios y lavar el equipo de protección, lavarse a fondo.
En caso de contaminación accidental del operario, debe ser atendido por un médico lo antes posible. Presentar al médico el prospecto/envase del producto, ya que contiene información útil.